Ahora que llega el invierno, muchas comunidades de vecinos se deciden a instalar una piscina comunitaria. Además de los ratos de diversión, realizar las obras en invierno nos evita el polvo y el ruido en las casas puesto que las ventanas están cerradas, además nos sale mucho más barato el presupuesto.
Aunque es verdad que es una gran inversión, la rentabilidad es infinita, pues con un mantenimiento adecuado, la disfrutaremos de por vida y podremos pasar momentos de diversión con nuestros familiares y amigos. Además, el hecho de contar con una piscina comunitaria, revaloriza el precio de nuestro piso.

Requisitos a tener en cuenta para la instalación de una piscina comunitaria

Antes de dar por inaugurada la temporada de verano, es necesario cumplir con los requisitos que establece la ley. Cada una de las Comunidades Autónomas tienen su propia normativa en cuanto a las condiciones de uso de la piscina, el aforo y el horario de la misma. Además esta normativa deberá estar ubicada en un lugar visible que sea accesible a todo el mundo.

Por otro lado, es necesario que estemos pendientes de las ordenanzas municipales que dicta cada Ayuntamiento para adaptarnos a todas las normativas vigentes.

También tendremos que enviar un análisis del agua para valorar la calidad de la misma y los parámetros exigidos en la ley. Esto deberemos hacerlo antes de la apertura de la misma y a mediados de la temporada.

Cada día se deben cumplir con los parámetros exigidos de Ph del agua, cloro y lectura de contadores además de con la normativa de seguridad.

 

Si finalmente vuestra comunidad de vecinos se decide a instalar una piscina comunitaria, las obras han de ser aprobadas por mayoría simple. Y todos los vecinos deberán abonar su parte en función al coeficiente de participación, es decir, la utilicen o no.